Visitar Nerja, un pueblo costero de la provincia de Málaga, siempre es una buena opción.
En cualquier época del año pero, sobre todo, en verano, oferta multitud de opciones a sus habitantes y visitantes ofreciéndoles la oportunidad de visitar sus preciosas y, a veces, recónditas calas, disfrutar de su estupendo clima, templado la mayor parte del año, lo que garantiza el poder realizar multitud de deportes al aire libre.
Son muchos los senderos que se pueden descubrir a los que nos gusta caminar pero también es posible realizar largos paseos que permiten pensar, ordenar ideas y recargar baterías para afrontar con garantías el día a día que supone las obligaciones laborales y también personales.
Quizás uno de las rutas más conocidas es la que invita a recorrer el cauce del río Chíllar, precioso en todo su recorrido y en un entorno único.
No obstante, y si no apetece ponerse el equipamiento de senderista, también es posible realizar un paseo urbano en su totalidad gracias al empeño que en los últimos años están teniendo las administraciones competentes en adecuar los márgenes de este río y el propio cauce lo que nos permitirá también conocer las estructuras de paso del cauce tales como pasarelas, puentes y viaductos dotando al paseo de un punto de vista ingenieril.
Así, la propuesta es empezar en la playa del Chucho para empezar a recorrer el cauce desde su desembocadura por la margen derecha. Allí, nos llamarán la atención el contraste que supone las nuevas pasarelas peatonales, que han mejorado significativamente la accesibilidad, hasta llegar al puente original de entrada al municipio por esta zona, hasta encontrarnos con el que lo sustituyó más arriba.
Desde aquí hay dos opciones, la primera seguir hasta llegar a la autovía lo que nos permitiría tener una panorámica estupenda del municipio que nos acompañará en la vuelta por el mismo lugar o, la que recomiendo humildemente, adentrarnos en el municipio y seguir por la carretera principal pasando por la plaza de las Angustias hasta llegar a la calle que da acceso al Parador y comenzar la vuelta por la calle Carabeo hasta el Balcón de Europa hasta llegar a las playa de la Torrecilla y el Chucho donde comenzamos nuestra andadura.
Con esta propuesta descubriremos las pasarelas, puentes y viaductos que se enclavan sobre el cauce del río Chíllar en su desembocadura a la vez que difrutar de un pueblo que, como hemos comentado, tiene un encanto único.
Ingeniería y Paisaje 
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